¡Qué suerte tengo, soy autónoma!

Ayer era primero de mayo, y un año más se podían ver las imágenes de las reivindicaciones laborales… Recuerdo que cuando era estudiante, me resultaba muy emocionante aquello, y me parecía que realmente esos eventos, -que no sé porqué recuerdo asociados a un arroz popular, y a pañuelos rojos, con globos de colores, y sangría en vasos de cristal… recuerdo los discursos, y las reivindicaciones- me parecían tan coherentes, tan sensatas…
Lo triste es que los años han ido pasando (escándalo de las cooperativas de vivienda, formación, eres…, todo lo que se ha dicho, mostrado averiguado, sobre los sindicatos y sus líderes), y en gran medida he ido dejando de creer en aquella forma de hacer las cosas… al final como dice el refrán cuanto menos sé, menos quiero saber… Cada vez retumba más en mi cabeza una cuestión ¿Cómo confiar en quién reivindica por nosotros cuando su vida es fácil y está resuelta? Esa pregunta que por aquellos entonces me hizo una señora, y a la que yo respondí con la soberbia de la juventud, y sobre todo de la inexperiencia. “Su trabajo es defender los derechos de los trabajadores”. La señora me respondió con un “ya te harás mayor” y a mí me sentó muy mal…
En estos años, cuando he ido viendo cosas… tantas cosas… me he ido acordando cada vez más de esta señora ¿de verdad se lucha por los y las trabajadoras? Pero sobre todo ¿quién y por qué? Son preguntas a las que según el momento de mi vida les he dado respuestas más o menos ácidas, pero que en el fondo, he aparcado un poco, porque señores y señoras, yo tengo la suerte de ser autónoma.
Llevo muchos años con esta felicidad suprema, que supone el que seas tu propia jefa o jefe. El sábado leía en mi “grupo de whatApp de compis de facultad”, la suerte tan grande que tenemos los españoles porque aquí sí que se celebra el Día del Trabajo, mientras que en Estados Unidos, no. En ese momento me puse a pensar… y dije, es verdad, qué suerte tan inmensa tenemos, pero en mi cabeza la suerte se debía a que al ser festivo, como buena autónoma, podría aprovechar el día completo para trabajar más. Podría dedicar todo el día a estar frente a mi pc, poner al día correos, preparar propuestas pendientes, incluso a lo mejor, podría adelantar algo de trabajo.
Es festivo el lunes, por lo que la “gente normal” estará de fiesta, de descanso, viajando, quedando con amigos… eso nos hace descansar a autónomos y autónomas, ya que así nuestra clientela estará en otras cosas y podremos trabajar más, porque no tendremos que estar en reuniones, ni hacer llamadas, sólo trabajar y trabajar y trabajar más… qué suerte ¿verdad?
Esto es no tener jefe, esto es no depender de horarios, esto es la flexibilidad… ¡qué guay! Cuando eres atuónom@ sólo tienes que estar disponible las 24 horas del días, y como internet, 7 días a la semana, y sólo 52 semanas del año. No puedes enfermar, porque nadie hará tu trabajo, y entonces perderás a los clientes, además si no trabajas, no ingresas… así que aunque sea con un pie aquí y otro en la tumba, tendrás que seguir trabajando, yendo, viniendo, haciendo informes, preparando propuestas, desarrollando proyectos… todo lo que sea por seguir siendo ese super héroe o heroína que no enferma jamás, los virus no pueden con nosotros o nosotras, ni las pulmonías, ni tan siquiera las roturas de huesos, porque con nuestras escayolas y nuestras muletas, por supuesto, vamos a trabajar. Qué suerte, porque somos diferentes, estamos hechos y hechas de otra pasta, ¡¡¡somos Autonoman y Autonowoman!!! Los auténticos Invencibles de Marvel en el sigloXXI, somos nosotros, ya mismo habrá una película súper taquillera en la que se vean nuestras hazañas. Y es que además de todo esto, somos capaces de sobrevivir con casi nada, alimentarnos con muy poco… Además fuimos quiénes inventamos la moda vintage… porque sacábamos ropa del armario de otras temporadas, ya que o bien no tenemos tiempo para ir a comprar o porque también cabe la posibilidad de que nuestra disponibilidad económica no nos permita estar a la última, porque aunque no tengamos para comer hay algo que tenemos que hacer sí o sí. Nuestro Moriarty particular, nuestro Doctor Octopus, nuestro villano con el que no dejamos de luchar habita en la Casa de la Perra Gorda, y se llama Cuota de la Seguridad Social. Es mejor morir de inanición antes que dejar de pagarla, porque entonces estarás condenado o condenada a morir quemada en los infiernos. Recordad que Hacienda es nuestra amiga, si la comparamos con la TGSS.
Somos muy afortunados y afortunadas porque los políticos hablan muy bien de nosotros y nosotras, claro, somos quiénes mantenemos el país en pie, quienes lo hacemos estable, por eso nos ayudan tanto, y por eso nos hemos convertido en la nueva forma de esclavitud del siglo XXI. Nos dan palmaditas en la espalda, pero somos como los cristianos que salen al coso a luchar contra los leones, lo único malo, es que lo hacemos todos los días, uno y otro y otro y otro… pero bueno, pese a estar a punto de cantar el “no nos moverán” seguiremos haciendo lo único que podemos y sabemos, trabajar, ya que si paramos estamos muert@s.
Como podéis comprobar… qué suerte tengo, ¡soy autónoma! No dejéis de intentarlo, sobre todo las personas amantes del riesgo, no hay nada que pueda producir más adrenalina que ser autónoma… entiendo un rato de esto…