Atreverse a soñar

Qué difícil es a veces ser valiente. Qué difícil arriesgarse. Qué difícil pararse, mirar, elegir tu camino y atreverte a seguirlo… pero está claro que lo importante es ser capaz. Querer suele ser más fácil que hacer, porque las decisiones personales, nunca son del todo nuestras, y siempre afectan a más personas, los daños colaterales existen, pero ¿suponen suficiente barrera para ser capaz de atreverse a soñar?
Es muy difícil dar una respuesta, al final se trata de sentir, se trata de lo que tu alma quiere, se trata de lo que tus carnes gritan. Pero llega un momento en el que hay que ser valiente, en el que hay que atreverse a elegir, a ser, a decidir, y por supuesto, no es fácil, no es divertido, porque en muchas ocasiones duele y hace daño. Elegir siempre supone optar por algo, y dejar lo otro. Es muy difícil, y ojo, por mucho que quieras perseguir tu sueño, no significa que sea fácil, pero hay que ser valiente.
Hay que ser valiente, para que cuando llegue el final del camino, y miremos hacia atrás, veamos que sí no llegamos fue porque no lo conseguimos, pero nunca por no haberlo intentado. No busques caminos seguros, no busques momentos perfectos, no busques soluciones ideales, simplemente decídete por hacerlo, porque nunca habrá un momento perfecto, nunca podremos seguir el camino seguro, ni tampoco esperar a la solución ideal. Tendremos que asumir riesgos, y saber que en esa elección qué hacemos podemos perder… pero ¿y si ganamos?
Por difícil que sea, si quieres algo de verdad, atrévete, ve a por ello, simplemente hazlo. Ser valiente puede ser doloroso, pero ser cobarde, siempre será hacernos seres tristes y grises. Toma tu decisión, elige seguir tu sueño, elige pelearlo, elige creer en ti, elige creer en lo que puedes hacer. Inténtalo, siéntete vivo, respira, sólo se vive una vez, y no suele haber segundas oportunidades, así que elígete, elige tu sueño, a pesar de que no te entiendan, a pesar de que no te apoyen, a pesar de que nadie crea en ti, tú no dejes de hacerlo, tú no dejes de intentarlo.
Así que… elige seguir tu sueño, y ¡pon toda la carne en el asador para conseguirlo! Y si al final no llega, que no sea porque no lo intentaste. ¡Vamos a ello!