Ser madre o no, tú decides

Día de la madre. Momento de pararnos y tener un minuto para recordar a la mujer que nos parió, que nos dio la vida. La más guapa, la más lista, dulce y tierna, la que hace las mejores croquetas y la que da los mejores abrazos.
Todo eso y más es para cada uno de nosotros, de nosotras una madre. Ningún cariño será tan sincero como el de un hijo a su madre y ningún amor será tan inmenso como el de una madre por sus hijos… una mujer sólo sentirá lo especial que puede llegar a ser cuando tenga un bebé, cuando la vida de un ser indefenso sea responsabilidad absoluta de ella. Se convertirá en su todo… será trascendente, pasará al estadio “lo más grande”.
Esa realidad, esas sensaciones, esas emociones, están reservadas sólo para las mujeres, es algo que los hombres no han podido arrebatarnos, aunque sí haya servido para postergarlas y esconderlas en muchos casos. Ser madre es lo más grande que puede ser una mujer, es lo mejor que le puede pasar, porque al fin y al cabo, las mujeres tenemos la obligación de ser mamás, porque es lo más bonito…
Visto así, cabe preguntarse ¿por qué una mujer decide no ser madre? ¿cómo puede elegir perderse todo eso?, para mucha gente es totalmente imposible, si una mujer no es madre, no puede ser una elección… y ahí es dónde está instalada gran parte de nuestra avanzada y progresista sociedad del siglo XXI. Eso lleva a que las mujeres que no somos mamás seamos tratadas con grandes dosis de condescendencia. Cada vez que descubren que no tienes hijos, un halo de compasión aparece en los rostros, y tras un “lo siento” siempre llega la segunda parte, aquella que según tu edad se centra en el “aún estás a tiempo”, “ahora es posible tener hijos pese a tu edad”… ahí todavía te tratan con esperanza, mucho peor es cuando piensan que ya estás descartada como potencial mamá. En ese caso, te conviertes en una desgraciada, digna de provocar pena porque te has perdido lo más maravilloso que le puede suceder a una mujer. Y no digo yo que no sea cierto… pero y si esa no maternidad llega simplemente por una decisión personal, en la que asumes las consecuencias de perderte “lo mejor de la vida”, sencillamente porque eliges otro camino.
Ser madre puede ser lo mejor del mundo, no lo niego, pero optar por no serlo no puede castigarse. Una mujer que opta por no tener hijos no se debe de tachar como egoísta, cosa que pasa muy a menudo. La decisión puede estar motivada por muchas cosas. Lo primero que me gustaría decir es que no creo en que exista una especie de llamada de la naturaleza, ni nada por el estilo, como durante mucho tiempo se nos hizo creer. Puedes sencillamente haberte centrado en tu carrera profesional. Precisamente el sistema no te pone fácil conciliar. O tal vez ha pasado porque no ha aparecido ese compañero que quisieras fuera el papá. Igual de respetable es la mujer que decide ser madre soltera, la que se presenta en un banco de esperma para ser inseminada, porque para ella es importante, como la que no quiere.
Ninguna mujer tiene que avergonzarse por su decisión con respecto a la maternidad, ya sea en un sentido u otro. No sé es más mujer o menos por el hecho de parir. No se es mejor persona o peor, ni más o menos profesional. Como mujer eres libre de tomar la decisión que desees. De vivir tu vida como quieras. De elegir ser madre o no, vivir en pareja o no, o qué tipo de pareja tener. Nadie puede ni debe decidir por ti, y por supuesto, mucho menos dejarte llevar por los prejuicios de la sociedad que te rodea. Coge las riendas, toma tu decisión y lo único es que sea cual sea, asume las consecuencias. Ser madre o no, tú decides.