Un click y todo cambia

Esnupi 03 Jun, 2018 El despertar de Penélope, Viajando con Esnupi , , ,

Hoy me gustaría hablar de lo efímero de nuestra existencia, de lo irreal de nuestra seguridad, de lo inconsciente de nuestra tranquilidad.

Tendemos a vivir dentro de nuestro círculo de confort y eso nos hace pensar que mientras no nos movamos de ahí, mientras estemos aguantando, nada cambiará y todo pasará. Pero esto no es así. No podemos controlar a la vida misma, ni podemos controlar a aquellos acontecimientos que en un momento dado nos hacen saltar a la fuera de esa calmachicha en la que nos movemos. De la manera menos insospechada y hasta de la forma más tonta puede surgir la chispa que haga estallar nuestra falsa calma, nuestro falso control de la situación.

Esta es una realidad que nos puede abofetear a cualquiera (recordemos la convulsión política de esta última semana de mayo) y hablar hoy de ello no es con ánimo de asustar o infundir temor, sino que todo lo contrario. Quiero reflexionar acerca de la necesidad de tener previstas opciones ante cambios bruscos que se pueden producir. Es importante tener una organización que permita hacer de red que pueda soportar el peso de un cambio brusco, para que de esta manera no se produzca un k.o. total.

Esta imperiosa necesidad de “prever” es extensible a todos los ámbitos de nuestra vida. Hemos de aplicarlo tanto al terreno personal, como por supuesto al profesional. Tenemos múltiples ejemplos en un sentido y en otro que avalan lo que estoy diciendo. Las familias han de estar preparadas para seguir adelante si se produce alguna desgracia, y por ello existen los testamentos, los planes de pensiones, y hasta los seguros que contemplan la cobertura en situación de enfermedad o hasta desempleo. De la misma manera están los protocolos de sucesión de las empresas, ya que sólo así se asegura la supervivencia.

Lo cierto es que la vida continúa, show must go on, lo que significa que el mundo no se va a parar por los problemas particulares que podamos tener. Es muy duro, lo sé, entre otras cosas porque lo he vivido y es por ello por lo que reflexionó al respecto y además entono el mea culpa porque, siendo fiel al dicho de que el hombre (en este caso la mujer) es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, aún no lo he resuelto, pensando tal vez, que una vez superado el tsunami, otro no llegará. Está claro que es una actitud a caballo entre lo arrogante y lo cobarde, por eso prometo hacer lo posible para tejer esa red protectora que haga que el posible tsunami o simple tormenta, no acabe con todo aquello que quiero.

Si esta reflexión os sirve para algo, os animo a que hagáis lo mismo, al fin y al cabo el círculo de confort no es otra cosa que una trampa de arenas movedizas que lejos de aportarnos seguridad lo que hace es debilitarnos.

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