25 años no son nada

Esnupi 01 Jul, 2018 Simplemente Esnupi, Viajando con Esnupi , , , , ,

Hace taytantos ya, en estas fechas un grupo de valientes y valientas, nos aventurábamos a matricularnos en algo que se llamaba “Estudios a la Licenciatura de Ciencias Políticas y Sociología”, ni siquiera éramos Facultad. Dependíamos de derecho, e iniciábamos una andadura, la de una incierta primera promoción, en un edificio que había sido declarado “ruinoso” para que pudieran estudiar allí los futuros farmacéuticos y farmacéuticas, pero que por lo visto, para aquella primera promoción de “poliqués” y sociólogos estaba bien.

Dos Especialidades, dos turnos, caldo de cultivo suficiente para que nos fijásemos más en lo que nos separaba que en lo que nos unía. Te definías por ser de la tarde o de la mañana, por ser de políticas o de sociología. Estábamos tan deseosos de auto afirmarnos que no nos dábamos cuenta de que éramos lo mismo, y que lo que nos unía era tanto que nos hacía más iguales que diferentes. Fuera era dónde estaban nuestros “enemigos”. Sin ser conscientes éramos un mismo equipo, que nos empeñamos en no ver. Recuerdo el drama de cuarto, cuando nos unieron a mañana y tarde y pese a estar juntos, seguimos viviendo en separado. Lo cierto es que si volviera a aquel momento, lo haría de diferente manera, al menos yo. Valoraría cosas a las que entonces no les presté la suficiente atención y por supuesto pondría el foco en lo realmente importante, vivir más, disfrutar más de los compañeros y aprender a saborear las diferencias.

Pero bueno, como no podemos viajar en el tiempo, sí podemos tener segundas oportunidades, al menos para recuperar relaciones y personas, porque 25 años no es nada y además más vale tarde que nunca. Y eso es precisamente lo que hemos hecho este fin de semana. Aquella primera promoción que se embarcó en una carrera que todavía no se consideraba como tal, en la que el nombre pesó en muchos casos más que saber el contenido, incluso para muchos de aquellos primeros profes que no entendían ese escenario nuevo en el que lidiar, decidimos que teníamos que reencontrarnos. Hace tres años ya tuvimos un primer reencuentro, que reconozco personalmente que fue genial porque por primera vez me centré en lo que siempre debió ser, lo que nos une y no lo que nos separa, y este sábado día 30, decidimos repetir, porque eran nuestras bodas de plata y teníamos que celebrarlas.

Un encuentro al que llegamos con el miedo de reconocernos, con la ilusión de recuperarnos, con las ganas de volver a sentir, en definitiva, un encuentro al que fuimos a sumar. Un grupo de hombres y mujeres -por cierto de muy buen ver- cada cual con su mochila, con su trayectoria personal y profesional, que no llegó a alardear de lo hecho o dejado de hacer, casi fue de lo que menos hablamos… fuimos sintiéndonos aquellos adolescentes de permanentes (la llamábamos richi, no sé porqué), de hombreras hasta con las camisetas Ferrys de algodón, de vaqueros láser, hasta para las chupas… pero llegamos conscientes del valor real de las cosas. Nos vimos unos a otras y otras a unos en positivo, quisimos resaltar lo mejor que estábamos viendo y quisimos ante todo compartir, compartirnos.

En este grupo tan heterogéneo estamos de todo… imagino que una reunión de arquitectura o medicina o derecho o económicas tal vez de para menos… pero está claro que ser “aprendices de todo y maestros de nada” nos ha hecho coger los más diversos caminos. Pero esto fue secundario, lo humano fue más importante, al menos yo me quedo con eso. Con haber encontrado miradas inocentes tras esas patitas de gallo, con lo positivo, con el querer sumar… qué pena no haberlo sabido hacer mejor hace “taytantos” y hablo personalmente por mí.

25 años no son nada y me quedo con que pese a haber sido esa generación X, sin móviles, sin internet, sin coches… hoy somos punta de lanza y estamos siendo los encargados de guiar una profunda transformación económica y social, pese a ser analógicos en un mundo digital, hemos evolucionado. Tenemos una imagen muy diferente a la que tenía la gente de nuestras edad actual cuando estábamos en aquella facultad de políticas y sociología, dónde como rezaba una pintada en la puerta principal “Latiesa nos traía tiesos” y dónde nuestro decano tenía nombre de cantante famoso “Julio Iglesias”.

No somos viejos, estamos en nuestro mejor momento y aún nos quedan muchísimas cosas por hacer, y lo mejor fue sentir que tenemos el ánimo de seguir cambiando el mundo. Ángel, tú lo dijiste, cada cual en nuestro pequeño ámbito de influencia puede hacer las cosas diferentes, podemos cambiar el mundo, recordad que en el ánimo de muchos de nosotros y de nosotras estaba esa idea cuando llegamos a esa “antigua facultad farmacia” que se caía a trozos. Así que sigamos cambiándolo, porque se puede.

Me encantó veros, abrazaros, achucharos y reír con todos, y de verdad muchas gracias por el cariño que sentí. Me fui emocionada y muy orgullosa de ser de la primera promoción de políticas y sociología, pero sobre todo, de ver en lo que nos hemos convertido. Como decían los abuelos, somos “hombres y mujeres de provecho”

Besos para quienes estuvieron y para quienes faltaron… repetiremos!!! Nos vemos el último fin de semana del próximo mes de junio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NOMBRE

MAIL

TELEFONO

CUÉNTANOSLO

×