“Madre, quiero ser libre”

Esnupi 08 May, 2016 Princesas Guerreras, Viajando con Esnupi , , , , , , , , ,

Las pr20160430_161550[1]incesas guerreras están en todos sitios, y su lucha la desarrollan en los campos más variados del mundo. Hoy he querido traer a esta sección, la historia de dos princesas que han demostrado que querer es poder, que cuando se lucha por alcanzar una meta, no importa lo grandes que sean las piedras que se encuentren en el camino, porque hay que seguir, y seguir y siempre segu
ir. Si a esta voluntad inquebrantable le unimos el inmenso amor de una madre, el resultado es el Proyecto VIDA. El resultado es que hoy, Ana López Jiménez, a sus casi 24  años, sea una brillante licenciada en Bellas Artes que acaba de clausurar una exposición de pintura tan exitosa, como original, y que ahora está pensando en el mundo de la cocina, sobre todo en la repostería, para ampliar su horizonte laboral.

Esta historia de Ana, de las “Anas”, tendría todo el mérito que tiene cualquiera de las muchas que todos los días vemos, conocemos o incluso hemos protagonizado, de jóvenes que con su esfuerzo y el de sus familias han conseguido terminar sus estudios y comenzar carreras profesionales, hasta brillantes. Pero en este caso, nuestras “Anas” son princesas guerreras, porque ellas han tenido que luchar en muchas batallas, a las que la mayoría no nos tenemos que enfrentar.

Todo empezó cuando Ana hija, tenía dos años, “Ana, vivía con mis padres porque yo trabajaba durante la semana fuera, y yo empecé a ver que mi hija era diferente, que su centro de atención era distinto, que le hablabas y que no te hacía caso”, explica Ana madre. La primera batalla que tuvo que librar fue dentro del hogar, hacer ver a los abuelos que estaban ocupándose de la peque, así como a su marido, al papá de Ana, que había que investigar, porque ella veía cosas diferentes. Ahí fue cuando descubrieron que lo que le ocurría a su hija es que tenía Síndrome de Asperger.

Para quien no sepa qué es o en qué consiste, decir someramente, que no es ningún tipo de retraso mental, sino más bien, hasta incluso todo lo contrario, pero sí es cierto que las personas con Asperger, ven la vida de diferente manera. Ana hija, me decía las cosas que a mí me interesan son diferentes. Lo que me interesa, me interesa mucho, pero lo que no, pues no puedo prestarle atención. La mente se me va a otras cosas”. Este síndrome que sobre todo lleva aparejado una forma diferente de realizar las conexiones sociales, dificultad para desarrollar las habilidades sociales y dificultad también en cuanto al habla, a la forma de comunicarse, e incluso puede afectar al sistema motriz.

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Desde ahí para adelante, Ana madre buscó y buscó y al ver que eran muy pocas las puertas que se abrían para ayudar a su hija, decidió que si no habría puentes, ella misma los construiría que buscaría a más constructores y constructoras para que le ayudaran. Llegar hasta el momento actual ha sido muy complicado porque la incomprensión ha estado en la sociedad y también en la propia administración y Ana hija ha padecido mucho la crueldad de los niños y las niñas, y la incomprensión de casi todos. “Yo no quería ir al colegio, porque me trataban mal, me decían cosas y yo prefería en la hora del recreo, irme a otra clase en la que tenían animalillos para poder estar con ellos, lo prefería a estar con las personas… en el instituto lo pasé muy mal, se reían de mí, porque además estaba gordita, y se metían conmigo, yo no quería ir… estuve en muchos colegios diferentes, porque no encontraba ninguno en el que yo pudiera estar bien. Estas son literalmente algunas de las cosas que Ana hija me comentaba y que son los recuerdos de su niñez y de su adolescencia. Básicamente incomprensión, burlas y además “mi madre era muy estricta, y siempre estaba ahí, haciendo las cosas conmigo y obligándome a que yo hiciera las cosas”.

Ana hija, es consciente de lo afortunada que es porque su madre, ni renunció, ni sigue renunciando a cumplir la petición, que su hija casi adolescente le hacía “madre, quiero ser libre”. Es por eso que se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda a esos profesores y profesoras que le dijeron que Ana era un fracaso escolar, que Ana nunca podría hacer nada, y que lo que tenía que hacer era llevarla  a centros “especiales” para ver si se podía hacer algo con ella. Pero Ana no lo hizo es un derecho la integración y yo siempre he luchado por ella, con apoyos, por supuesto, pero desde la educación pública y desde el amparo de la ley”.

Podría escribir páginas y páginas, porque tres horas prácticamente de entrevista grabada y documentada, dan para mucho, y más adelante volveremos a tocar este tema, pero ahora damos el salto hasta la universidad, porque de pronto, la niña que era un fracaso escolar, descubrió lo que realmente le apasionaba y sus notas subieron como la espuma. Ana pudo entrar en Bellas Artes, además entrando como cualquier alumno, sin hacer uso de “las cuotas”. Tuvo nota suficiente y por supuesto superó la prueba de acceso que existe en esta carrera.

Ambas Anas, habían dado un gran paso, pero era sólo el inicio de un nuevo camino, que ha terminado desembocando en el Proyecto VIDA, que personalmente pienso que no existiría si no fuera por ambas, por la hija, y por supuesto por la madre.

Cuando Ana empezó su carrera tenía que vivir en Granada (somos de la Costa) y empezamos a ver posibilidades, en residencias de la Universidad, en pisos… necesitábamos ayuda, necesitábamos algo diferente, pero no había nada. De hecho esto hizo que Ana viviera 6 meses en el Albergue Juvenil de Granada, perteneciente a la Junta de Andalucía”. Ana madre, quería cumpesnupi mujeres 4lir el sueño de su hija, que pudiera ser libre, pero necesitaba seguir con ese proceso de “enseñarla” a ser libre y ella no podía estar las 24 horas. Además, el paso fundamental era normalizar y para ello Ana tenía que vivir como cualquier universitaria más.

Tras muchísimo trabajo, que soy incapaz de poder resumir aquí. Llamar a mil puertas, hablar con asociaciones, administraciones, con políticos, con empresarios, con la universidad, con todo el mundo, Ana madre consiguió que en 2014 naciera el Proyecto VIDA “yo sabía que había recursos que se podían destinar a este proyecto, yo sabía que era posible, pero tenía que encontrar la forma, necesitaba de esas madrinas y padrinos de luz que me ayudaran porque hacerse, estaba convencida de que se podía hacer”. Ana es consciente de que ha necesitado mucha ayuda, paciencia, voluntad de hierro, y por supuesto tras el proyecto ella siempre dice que hay mucha, mucha gente, y por supuesto que es así, pero yo reitero que es el auténtico alma del mismo y que sin las Anas, vuelvo a decir, este no existiría.

Y ahora sí que voy a explicar lo que es este proyecto. VIDA, Consiste en poder normalizar la vida de jóvenes con Asperger y ayudarlos a una integración total. Estos jóvenes, tres, viven en un piso que hoy por hoy es un piso reformado en el centro, cedido por el Ayuntamiento de Granada. Estos tres jóvenes, tienen un cuarto compañero de piso, que es una persona, estudiante de psicología de la Unviersidad de Granada que convive con ellos, y que es la aportación de la Universidad como Becario de colaboración. Además para el día a día, para cubrir todos los gastos cuentan con aportaciones de diferentes organismos y empresas como puede ser la Obra Social de la Caixa, por ejemplo. Este proyecto, no habría podido ver la luz sin el gran apoyo de la Asociación Aperger Granada, sin su convicción y su compromiso.


Este proyecto, sueño de una madre que un día se convirtió en realidad, es un ejemplo de lo mucho que se puede hacer
. Ana López (Ana hija) hoy es una mujer que el próximo día 1 de junio cumplirá 24 años, licenciada universitaria, pintora original, con una técnica y una forma de plasmar el mundo muy personal, dónde los grises, los colores brillantes y las figuras geométricas se convierten en la forma de representar el universo. Ana lo ha conseguido, lo está consiguiendo… Ana empieza a ser libre, pero necesita para ello que el proyecto siga funcionando. Así que el próximo día 14 de Mayo, hay una Gala, una noche de Flamenco, en la antigua Facultad de Medicina de Granada, a la que debemos asistir.

Me siento muy feliz, por poder traer a todos y a todas hoy hasta aquí, a estas princesas guerreras, a nuestras “Anas”. Enhorabuena por todo, y a seguir en la lucha. Hay mucho camino andado, pero aún nos queda mucho por recorrer. 

Una respuesta a ““Madre, quiero ser libre””

  1. Doy fe la lucha de Ana para superar trabas ,para mi Ana hija sera siempre Anita una niña diferente por lo espontánea recuerdo llegar y decirme hola soy Anita con su hoyuelos preciosa como es y a Ana madre que trabaja fuera estar tan pendiente a su hija que ay están el resultado para que decir mas sobran las palabras ,para mi siempre sera madre coraje

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