¡Haz que el mundo sea un lugar mejor contigo!

Esnupi 25 Sep, 2016 Simplemente Esnupi, Viajando con Esnupi , , , , , , , , , , , , , , ,

Son muchas las cosas que me han pasado y me siguen pasando, como a todos vosotros, está claro, pero en este caso me refiero a cosas malas. A decepciones, a gente que gratuitamente te hace daño, a rencores que te lanzan por el simple hecho de verte caer, para demostrar que son más. Pero además, estoy muy cansada de ver a tantos y tantas que enarbolan banderas de derechos pero que lo único que hacen es utilizar la mentira como espada y la insidia como escudo, para ir a la batalla de la mentira, en pos de conseguir el bien común, aunque ese bien más exactamente sea el propio. Tal vez faltaron a clase ese día y por eso confunden los conceptos.

haz-que-el-mundo-sea-mejor-contigoMentiras, cabezas que se pisan, vendehumos, puñaladas por la espalda, zancadillas… sí ese es el pan nuestro de cada día, el mío y el vuestro. Ese es nuestro mundo, nuestro día a día, la dura y cruda realidad… pero ¿sabéis algo?, que yo no pierdo la esperanza, porque el mundo está lleno de cosas buenas y las tenemos que saber buscar, porque como las meigas «haberlas, haylas».

Podría centrarme en quienes restan, y asustarme y hacer lo que ellos y ellas quieren, mirar hacia otro lado, callar, y sólo ir a mi «avío», pero resulta que prefiero centrarme en esas pequeñas cosas que me hacen no perder la esperanza. Pese a estar rodeada de tanta hipocresía y egoísmo, tengo que decir que voto por seguir creyendo en la humanidad. Por pensar que en esta vida hay que actuar de forma honrada, con la verdad por delante y haciendo las cosas por el placer de hacerlas, o simplemente porque en justicia creemos que hacerlas es nuestro deber, porque las recompensas llegan y porque los sueños se cumplen.

Quien me conoce sabe que el interés no ha sido el “leivmotiv” de mi existencia. Bueno, en honor a la verdad, sentirme bien conmigo misma, y disfrutar de verdad con lo que hacía, ser partícipe de historias ajenas que tenían que ser contadas, formar parte de otras vidas y hacer lo posible para mejorarlas, aunque fuera en una ínfima parte, sí es de alguna manera, una forma de egoísmo, aunque estaréis conmigo, en que debería haber más de este egoísmo en el mundo.

Pero lo cierto es que yo he optado por seguir creyendo en la gente, por pensar que si haces el bien, si vas con la verdad por delante, si tienes una actitud humilde y si te limitas a trabajar duramente, los resultados llegarán. Ya sé que suena idílico, que parece poco real, pero nada más lejos de la verdad, porque afortunadamente de vez en cuando la propia vida te recuerda que tienes razón, que ser fiel a tus principios y actuar de forma ética aún cuando está «de modé».

Está claro que esto no significa que no te des a valer, o que dejes que te avasallen, ni mucho menos. Uno de los ejercicios más complicados que tenemos que hacer es ponernos precio. Saber lo que vale nuestro tiempo, y hacérselo ver a los demás. Esto no es fácil lo sé, y lo sé porque estoy aprendiendo a hacerlo. Y es un ejercicio que todos y todas deberíais de hacer, si me permitís, modestamente un consejo. Así tu tiempo, tu esfuerzo y tu conocimiento se lo das, o se lo regalas a quien te de la gana, siendo consciente de lo que haces y así tomando también una nueva dimensión sobre el precio y sobre el valor que tienen las cosas.

Pero al margen de esta nueva perspectiva, lo mejor de todo, es que te encuentras personas que con sus actos, sus palabras de apoyo y sus muestras de cariño, su sincero afecto y agradecimiento, aunque no haya sido lo que has buscado, te compensan y te demuestran que ser «buena gente» también sirve, y que no es necesario pisar a nadie, ni andar pegando puñaladas traperas, para llegar. Aunque ojo… elegir este camino no es fácil, no es cómodo, pero qué queréis que os diga, mientras haya esperanza, seguiré esta senda.

Si tan sólo lo que hagas mejora la vida de una única persona, todo lo demás merecerá la pena. No me llaméis cursi, ni penséis que estoy haciendo demagogia, o que el calor que no termina de irse, me ha afectado al cerebro, no, para nada, es sólo que creo a pies juntillas lo que estoy afirmando. Pienso que si todos y todas creyéramos y sobre todo actuáramos para hacer un poquito mejor el mundo con nuestros actos, conseguiríamos de verdad hacer esa revolución social total de la que se ha hablado a lo largo de los siglos.

Pensad en ello, en qué puedo hacer para que algo mejore, porque os vais a sorprender de la cantidad de cosas que se pueden hacer. Repito una vez más, últimamente he tenido la suerte de comprobar que a veces las cosas llegan y que los sueños se cumplen, la condición es no desistir, constancia y humildad para cambiar el mundo.

Para terminar esta reflexión de principios de otoño, sólo puedo hacerlo con un agradecimiento. Gracias para todos y cada uno y una de quienes me dais vuestro apoyo, y vuestro cariño, y me ayudáis a seguir aprendiendo, a seguir creciendo, en definitiva a ser mejor, a luchar por llegar a ser «la mejor versión de mí misma».GRACIAS

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