Pensando en San Valentín
Está claro que febrero es el mes del amor, o en ello lo hemos convertido. No voy a entrar en discusiones sobre lo material de la fecha o sobre si fue o no un invento de unos grandes almacenes. No lo voy a hacer porque es cierto, lo fue, aunque sinceramente, me da igual. La reflexión de hoy va por otro camino.
En estos días en los que se nos somete a un bombardeo tremendo sobre el amor, la pareja, la felicidad, el romanticismo, las experiencias, la sorpresa, el sentimiento, las emociones o las sensaciones, me gustaría lanzar un tema a debate. Probablemente para entender la profundidad de lo que quiero hablar es más fácil cuando se tienen más años… la juventud nos hace ser muy románticos, creer en las mariposas, en cuentos de hadas y en príncipes y princesas azules o de cualquier otro color… creer en el fueron felices y comieron perdices, o en el «para siempre», aunque ese para siempre a veces sean unas semanas. Cuando eres joven sientes que te vas a morir cuando te rompen el corazón, crees que tu vida ya nunca volverá a tener sentido. Afortunadamente las cosas no son así. ¿O tal vez sí? ¿O tal vez sí deberían de ser así? ¿Es bueno volverse cínico? ¿Dejar de lado el romanticismo porque da vergüenza?
El planteamiento que queremos hacer hoy es ¿Qué es mejor, buscar el cuento de hadas, querer el paquete completo, o por contra, conformarse con no estar solo o sola? Pienso que hay que pensar muy bien antes de responder. Al fin y al cabo se trata de elegir si lo que de verdad queremos o buscamos es el amor, y para nosotros es irrenunciable o por contra, si estamos dispuestos a conformarnos con un sucedáneo. ¿Le damos o no la razón al refranero español cuando dice que es mejor estar solo que mal acompañado? He aquí la cuestión.
Tal vez la respuesta esté en lo que entendemos o no por amor, o por mejor dicho, por amar… Aún a riesgo de ser considerada una cursi diré lo que para mí es amar. Se puede optar por ser práctico o por quererlo todo. Llega un momento en el que te da igual lo que crea el mundo, porque lo importante es lo que sientes tú. Da igual lo que piensen los demás, estás por encima de eso.
Por ello no me avergüenza decir que para mí amar es sentir que eres tú, sólo con una única persona. Amar es que ese ser te llene absolutamente, que no necesites nada más en el mundo que simplemente estar a su lado… Amar es que una palabra, o una mirada, o una caricia te cambie el ánimo y hasta la vida… Amar es sentir hasta con las uñas de los pies, tener conciencia de cómo el alma se te encoje y que tu mundo se quiebre por una palabra que sale de su boca… Amar es literalmente querer a alguien por encima de todo, incluso de ti mismo, importando más esa persona que tú, aunque no se trata de decirlo, sino que de sentirlo de verdad.
Lo cierto es que amar es muy difícil, porque pasa muy poco. Lamentablemente nuestra vida está llena de sucedáneos. Y la verdad es que amar duele, duele mucho, aunque todo el dolor lo compensa un sólo instante de felicidad absoluta… Amar da miedo… porque te hace vulnerable, mucho miedo, aunque lo cierto es que esa vulnerabilidad se convierte en fortaleza y en roca cuando lo sientes dentro de ti.
Se puede querer mucho, se puede querer a mucha gente, pero amar está reservado para muy pocos. Para mí amar a alguien es el acto supremo de entrega y humildad, porque a fin de cuentas, amar de verdad, es no esperar nada a cambio. No se ama con condiciones, simplemente se ama.
Por todo ello, la gran pregunta que quiero lanzar, es si realmente crees que amar es esto, ¿qué hay que hacer?¿Busco hasta que no encuentre lo que realmente quiero, aún a riesgo de quedarme sola para siempre?¿O me conformo con menos, pero me aseguro la compañía?
La verdad es que no es fácil la respuesta. Y reconozco que hay momentos en los que apostaría por la compañía, pero es un pensamiento efímero, porque hace mucho que opté por el todo o nada, por el blanco o el negro… sé que la vida está llena de grises, pero no los quiero…
Y tú ¿qué prefieres? ¿Te la juegas o no?
Y como soy no me da vergüenza reconocer lo que me gusta y no… aquí os dejo un clasicazo de todas, todas “Raphael”…
Aquí os dejo una obra de arte…