Cuando sientes que estás atrapado, atrapada en tu propia vida, que giras y giras cuál hámster en una rueda, corriendo sin parar, para no moverte del sitio, para no llegar a ninguna parte, tal vez es el momento de parar, de ver qué es lo que quieres, lo que necesitas. Cuando la sensación constante de vivir un dejavú te asfixia, y te sientes como en una tela de araña de la que es muy difícil salir, por mucho que los hilos puedan ser de oro, quieres y no puedes… es el momento de hacer un alto en el camino. La vida no tiene porqué ser un ir y venir para no llegar a ninguna parte.

Por eso, a veces hay que parar y tomar aire, para mirar alrededor, pero sobre todo para mirar dentro de ti y preguntarte si eres feliz, si realmente tienes la vida que quieres. Y si no es así, es el momento de actuar, y sobre todo de tomar decisiones. ¿Qué quieres hacer? ¿qué puedes hacer? ¿cómo lo quieres hacer? ¿dónde ir? O ¿de qué manera ir?

Salir del círculo de confort, abandonar la zona de comodidad no es para nada fácil. Da miedo, da vértigo, asusta. Pero qué asusta más lanzarse a vivir un sueño, una aventura, sabiendo que no existe red, o quedarte para siempre en ese estado vegetativo? En ese vivir sin vivir, con esa sensación de continua melancolía, porque tu alma te pide más, te pide otra cosa.

Por todo ello quiero atreverme a volar, necesito comprobar si mis sueños se pueden o no realizar. No es fácil tomar decisiones, no es fácil ponerte en primera persona, no es fácil decidirte, no es fácil ser valiente… pero decido hacerlo. Puedo estrellarme, puedo perderme, puedo caerme, y por supuesto salir mal parada, pero quiero intentarlo. Ya no puedo seguir dejando pasar el tiempo y esperar que sean otros quienes muevan mis alas, quienes me impulsen… soy yo quien tiene que volar, no puedo evitar sentir, que si no lo hago ahora, tal vez ya nunca vuelva a tener la fuerza o el valor para hacerlo, ese coraje necesario que me haga pelear por mi sueño. Me he atrevido a soñar, a elegir un camino, y ahora tengo que empezar a andarlo, aunque tenga miedo, aunque no sepa muy bien cómo hacerlo. No será fácil. Tal vez ni siquiera encuentre comprensión, pero es algo que tengo que hacer, y que tengo que hacer yo. Este es mi momento. Es ahora o nunca, así que… allá voy.