¿Cómo será la nueva normalidad post Covid-19?
La nueva normalidad post Covid-19
Llevamos ya un mes encerrados, confinados. Un mes alejados de nuestros seres queridos, de amigos, de las cosas sencillas que nos gustaba hacer, y que ahora tanto echamos de menos, de nuestros lugares de trabajo, de nuestros bares y cafeterías favoritas. Hay momentos en los que casi es mejor no pararse a pensar en cómo hemos llegado hasta aquí, o lo que es peor cuándo saldremos. Nuestras peores pesadillas se han hecho realidad. Estamos viviendo una situación más surrealista que la mayoría de todos esos tele filmes apocalípticos que hemos visto tantas y tantas veces, en esas tardes de sábado o domingo. Nos parecía imposible, pero la realidad ha sido mucho más tozuda que la imaginación.
Todo este tiempo de encierro, en muchos casos además en solitario, nos está sirviendo para conocernos mejor, para aprender a aguantarnos, hasta a querernos más. Pero también nos está sirviendo para hacernos planteamientos más trascendentales. En esta semana varias han sido las personas con las que he hablado, por teléfono, por supuesto, que me han hecho la misma pregunta ¿cuándo crees que volveremos a la normalidad?
Yo no tengo respuesta. Ojalá la tuviera. Esta semana con la vuelta al trabajo de algunas empresas, se corre un riesgo que habremos de valorar en un par de semanas y que probablemente pueda servir para establecer un escenario aproximado de desconfinamiento. Todos somos conscientes de que será gradual y que requerirá de bastantes semanas. Está claro que es mejor vivir día a día y no plantearse escenarios temporales que puedan llevarnos a estados de ansiedad, desánimo, o agobios superlativos. Así que en cuanto al tiempo, prefiero seguir la cadencia de dos semanas en dos semanas impuesta por nuestro gobierno. Al fin y al cabo es pura teoría cholista. Por ahora, sabemos que nos quedan dos semanas más.
Ahora bien, lo que sí me planteo y para lo que no tengo respuesta, y la verdad, me produce mucha preocupación, es no ya cuándo volveremos a la normalidad, si no cómo será la nueva normalidad. Lo que parece claro es que las mascarillas se van a convertir en parte fundamental de nuestra indumentaria. Nuestros ojos tendrán un mayor protagonismo y nunca tanto como ahora, serán el espejo de nuestra alma. Cómo tendremos que comportarnos en bares, cafeterías, restaurantes… cómo afectará a la “tierra de la tapa”. Guardar la distancia de seguridad, nos está afectando a nuestro comportamiento, cambiando nuestros hábitos sociales de “proximidad” con respecto al prójimo. ¿Volveremos a ser tan de abrazos, de agarres, de besos? Estaremos tranquilos llevando a los nietos a visitar a los abuelos, dejándolos con ellos, conviviendo bajo el mismo techo, o nuestro corazón se encogerá pensando que pueden ser fiebre de contagio.
Son muchas las preguntas y las cuestiones que me vienen a la cabeza, y pocas o ningunas las respuestas. Esta situación nos ha superado de tal modo. Nos ha mostrado lo vulnerables que somos. Nos ha hecho ser conscientes de que son muchas más las cosas que no controlamos que las que controlamos. Y la preocupación y el miedo nunca han sido buenos compañeros de viaje. El miedo paraliza y ahora lo que menos necesitamos es quedarnos quietos. Nuestra mente y nuestra capacidad de generar y de inventar ahora es más útil y necesaria que nunca.